Mucho se ha hablado sobre la serie de Netflix basada en el asesino en serie Jeffrey Dahmer. Que el True Crime es un caldo de cultivo para series, películas y documentales no es una novedad. Al igual que el debate moral sobre si estas producciones glorifican a siniestros personajes más que mostrar una realidad a la sociedad. Hablamos sobre ellos.
La serie de estreno reciente basada en el asesino en serie Jeffrey Dahmer
Creada por Ryan Murphy e Ian Brennan, la serie explora los crímenes horrendos de Jeffrey Dahmer, interpretado magistralmente por Evan Peters, desde su infancia hasta su eventual arresto y condena. A través de diez episodios, también se revelan detalles oscuros que van evolucionando en la psicología de este asesino en serie.
A diferencia de muchas representaciones simplistas de serial killers, gracias a su diferente enfoque con respecto a otras producciones, “Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer» profundiza en su lucha interna. Este drama criminal también indaga en sus conflictos familiares y en los factores que contribuyeron a su descenso hacia la locura.
Los antecedentes familiares influyentes en el desarrollo de Dahmer como asesino en serie
El Entorno Familiar: Un Terreno Fértil para el Monstruo
Uno de los aspectos más inquietantes de la serie «Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer» es cómo revela el complejo y disfuncional entorno familiar en el que Jeffrey Dahmer creció. La serie muestra cómo desde una edad temprana, Dahmer exhibía comportamientos preocupantes que, en retrospectiva, eran señales claras de sus futuras tendencias homicidas.
La Oscura Afición de un Niño
En uno de los episodios, el padre de Jeffrey, Lionel Dahmer, interpretado por Richard Jenkins, confiesa que su hijo tenía una inquietante afición por coleccionar animales atropellados. Este comportamiento aterrador, que debería haber sido una clara señal de alarma, fue inicialmente pasado por alto o minimizado.
Consciente de que algo no iba bien, su padre intentó encaminarle hacia una vida más estructurada y disciplinada llevándolo al ejército, pero estos esfuerzos resultaron infructuosos.
El Abandono Materno
La serie también explora el impacto del abandono materno en la psique del asesino en serie Jeffrey Dahmer. Joyce Dahmer, su madre, luchaba con problemas de salud mental y eventualmente abandonó a la familia, dejando a Jeffrey aún más aislado.
Esta falta de una figura materna estable y el ambiente familiar disfuncional contribuyeron a la sensación de alienación y al resentimiento que Jeffrey desarrolló desde temprana edad. Era como si Dahmer fuera una molestia para su propia familia, una carga que sabían que era problemática, pero que no sabían cómo manejar adecuadamente.
Una Familia en Negación
El conflicto entre la intuición y la negación se refleja en cómo los padres de Dahmer lidiaron a ciegas con sus comportamientos problemáticos. Su padre, aunque preocupado, no pudo realmente comprender o detener la creciente oscuridad de su hijo. Mientras tanto, la ausencia de su madre y la falta de un ambiente familiar estable dejaron a Jeffrey sin el apoyo emocional necesario para abordar sus problemas de manera saludable.
La serie pinta un cuadro claro de cómo las dinámicas familiares pueden influir profundamente en el desarrollo de una persona y, en casos extremos, contribuir a la formación de un monstruo.
La Evolución del Monstruo: De Fantasías a Realidades Horribles
El desarrollo del asesino en serie Jeffrey Dahmer desde sus fantasías iniciales hasta sus crímenes más atroces es un punto central de la serie. La narrativa explora cómo sus impulsos oscuros evolucionaron y se intensificaron con el tiempo. Esta progresión es crucial para entender la psicología del asesino y cómo llegó a cometer actos tan horribles desde la perspectiva de la Ciencia de la Criminología y la perfilación criminal.
La orientación sexual del asesino en serie Jeffrey Dahmer también juega un papel significativo en su perfil criminal. La serie aborda su homosexualidad y cómo sus deseos y conflictos internos se entrelazaron con sus impulsos asesinos. Este enfoque ayuda a presentar una imagen completa y compleja de Dahmer, evitando simplificaciones y proporcionando una comprensión más profunda de sus motivaciones.
Analizar el caldo de cultivo de un asesino en serie para comprender por qué evoluciona y detona su maldad no es minimizar sus crímenes, ni empatizar con él hasta llegar a un punto de perdonarle, ni de que no sea juzgado cómo merece. Ayuda a proteger a nuestra sociedad de futuras víctimas.
Es aprender qué circunstancias y «otros ingredientes» influyen en nosotros desde que somos niños para provocar en nosotros la evolución hacia la mejor o peor versión de nosotros mismos y ser conscientes de que la infancia, junto con la adolescencia son etapas muy vulnerables y sensibles al apoyo y acompañamiento de la familia y círculo social y requieren de mucha estabilidad en el núcleo más cercano.
La controversia social servida en la serie de Dahmer: Racismo y Homofobia
Una de las críticas más significativas hacia la serie es su manejo del racismo y la homofobia. El asesino en serie Jeffrey Dahmer seleccionó a muchas de sus víctimas entre comunidades marginalizadas.
Particularmente hombres jóvenes de origen afroamericano y latino, así como de la comunidad LGBTQ+. Dahmer se aprovechó de bailarines, actores, camareros y menores de edad de familias pobres, quienes a menudo vivían en la periferia de la sociedad y carecían de redes de apoyo robustas. Esta invisibilidad social hizo que fuera más fácil para Dahmer hacer desaparecer a sus víctimas sin levantar sospechas inmediatas.
Víctimas invisibles para la Sociedad
La serie no rehúye mostrar cómo las fallas sistémicas y los prejuicios sociales permitieron que Dahmer actuara impunemente durante tanto tiempo. ¿Por qué? Dahmer era consciente de que la policía y la sociedad en general prestaban menos atención a estas poblaciones. Al mostrar la diversidad de las víctimas de Dahmer, la serie arroja luz sobre la vulnerabilidad de estos grupos y la negligencia sistemática que enfrentan.
Esta realidad es crucial para entender cómo el asesino en serie Jeffrey Dahmer pudo continuar sus asesinatos durante tanto tiempo. Si sus víctimas hubieran sido en su mayoría blancas y heterosexuales, es probable que las autoridades hubieran respondido de manera diferente a las señales de alerta y las denuncias.
Reflejando la Realidad de la Marginalización y Falta de Protección
La policía, en varias ocasiones, desestimó las preocupaciones de la comunidad, ignorando señales claras debido a prejuicios raciales y homofóbicos. Este aspecto es crucial, ya que refleja cómo el racismo institucional y la homofobia contribuyeron a la prolongación de los crímenes de Dahmer. Al hacerlo, la serie no solo cuenta la historia del asesino, sino que también critica las estructuras sociales que fallaron en proteger a las víctimas.
Al representar a las víctimas tal como eran, la serie no solo honra su memoria. También denuncia las deficiencias de un sistema que falló en protegerlas. Esta representación es esencial para entender el verdadero alcance de los crímenes del asesino en serie Jeffrey Dahmer. Por supuesto, también para fomentar una reflexión crítica sobre cómo las instituciones deben evolucionar. Deben servir mejor a todas las comunidades, sin importar su raza, orientación sexual o posición socioeconómica.
El Debate Sobre la Representación en True Crime
El género del true crime siempre ha enfrentado el dilema de cómo representar crímenes reales de manera respetuosa y ética. La historia del asesino en serie Jeffrey Dahmer, por su naturaleza, exige una representación cruda y sin edulcorar para capturar la verdadera esencia de sus actos y las deficiencias sociales que los rodearon. Al hacerlo, la serie no solo cuenta una historia, sino que también educa al público sobre la importancia de reconocer y abordar los prejuicios y fallas en nuestras instituciones.
Mostrar al asesino en serie Jeffrey Dahmer: Un Imperativo Difícil pero Necesario
Mostrar la verdad de lo sucedido es crucial para comprender la magnitud y el impacto de los crímenes de Dahmer. Si bien las escenas explícitas y la representación de sus crímenes pueden resultar perturbadoras, son necesarias para no trivializar el sufrimiento de las víctimas y el horror de sus acciones. La serie tiene un desafío. ¿Cuál? El de equilibrar la necesidad de una representación fiel con el respeto por las víctimas y sus familias, evitando caer en el sensacionalismo.
Conclusión de la serie basada en el asesino en serie Jeffrey Dahmer
Su combinación de una narrativa absorbente, actuaciones destacadas y un enfoque crítico en los fallos sociales la convierte en una obra imprescindible para los aficionados al true crime y los dramas psicológicos. Sin embargo, su contenido gráfico y emocionalmente intenso requiere una audiencia preparada para enfrentarse a las duras realidades.
2 respuestas
Hace bastante tiempo que el público, en general, se pregunta, con más frecuencia, porque el malo (asesino, psicópata, maltratador, etc) actúa como actúa. Quieren saber el porque y de donde procede tanta maldad. En mi opinión, creo que es necesario alternar, a la hora de presentar a estos personajes en pantalla, una parte de su vida que, en principio, puede ser habitual (vives en una familia de clase media, con padres y hermanos o no , en un barrio normal de una ciudad normal) con la que surge, a raíz de algún detonante, y que convierte al personaje en el que hemos ido a ver al cine o en la tv. En el caso de Dahmer (me pareció brutal su oscura puesta en escena) tenemos un personaje con el que se produce una antítesis continua, ya que queremos empatizar con el personaje, pero cuando estamos a punto de hacerlo, nos decepciona, restando un nivel más a la posibilidad de entenderlo y comprenderlo. Me parece un planteamiento colosal y una interpretación soberbia de Evan Peters. Por lo demás, el artículo me parece más que completo. Simplemente, añadiría que el universo estadounidense es, sin duda, el idóneo para que una víctima pueda ser minimizada por cuestiones de raza, sexo, religión, social e. incluso, política.
Hola Sergio. Un placer leer tu comentario. Muy interesante lo que planteas sobre la mesa. Precisamente por eso estudié el Máster en Criminología y Criminalística, que si bien, se divide en tres patas (Perfilación Criminal, Derecho Penal y Criminalística o estudio de la escena del crimen per sé), lo que me gusta más, con diferencia, es intentar entender cómo se ordenan los pasos mentales, emocionales y motivacionales de un criminal para perpetrar un acto tan terrible. Como escritora confecciono personajes y, los malos malísimos no iban a librarse.
Analizar cómo se gestan, y no hay fallo, en que desde que son pequeños hay factores y circunstancias a tener en cuenta (los hay en adultos sanos, que siempre cuando acuden al psicólogo, lo primero que les preguntan es cómo fue su infancia, como para no analizarlo en sujetos perturbados), en su hacer malévolo. Pero claro, hay quiénes teniendo mismos problemas familiares, índice de pobreza e inestabilidad familiar se convierten en buenos estudiantes y padres de familia y otros en caníbales asesinos que descuartizan a pobres víctimas sin nadie que las proteja. Hay mucho estudiado sobre este fenómeno social que va más allá y llega hasta la anatomía y fisiología cerebral con estudios llevados a cabo con resonancias magnéticas cerebrales. De hecho, desde que la Criminología comenzó a asentarse, se han elaborado y manejado decenas de teorías y factores influyentes en la maldad del ser humano hasta llevarlo a extremos como el de Jeffrey Dahmer.
Conocerles, profundizar hasta los más oscuros secretos de su psique infantil, familia y otros factores psico-sociales (abusos, drogas, entornos hostiles, palizas, etc) no obliga a empatizar con ellos ni perdonarles, ni siquiera a sentir un vínculo más humano con ellos. Ni compasión. Pero a nosotros esa comprensión creo que nos minimiza ese misterio a los desconocido, aunque el miedo a encontrarte con uno de ellos sigue estando. El mal es imprendecible e incauto. Mejor saber de qué pie cojea.