La serie Ratched de Netflix arranca con su primera temporada de 8 episodios de forma brillante. Su temática es el thriller dramático que está tan de moda. Pero habrá más, ya que el exitoso Ryan Murphy, que anda detrás de esta gran producción, ya tiene una segunda temporada firmada. Sí, Mildred Ratched es un personaje de ficción que os sonará. La habréis visto en la película «Alguien voló sobre el nido del cuco». Sin tanto protagonismo, por supuesto. Recordemos que, en la película citada, el protagonista es el personaje que Jack Nicholson encarna.
Sarah Paulson dota a la nueva Ratched. Y aunque la serie Ratched de Netflix bebe de este personaje para inspirarse, lo dimensiona a un nivel muy superior. Porque cuando una serie lleva como título el apellido del personaje principal es que es para sentarse y atarse el cinturón porque vienen curvas. ¡Y vaya si vienen! También habréis visto a Paulson interpretar a numerosos personajes en la serie American Horror Story (AHS). Siempre con un sobresaliente en su ejecución. Seguro que os sonará la segunda temporada AHS, Asylum. Desde ya os digo que si no la conocéis, estáis tardando en verla.
El núcleo de la serie Ratched de Netflix
La historia ha sido creada Evan Romansky, que también ha sido el guionista del capítulo piloto. Como showrunner aparece el ya conocido Ryan Murphy, que os sonará por ser uno de los creadores y productores de la exitosa serie de terror AHS. Llama la atención que al elenco de producción se unen el actor Michael Douglas y la propia protagonista, Sarah Paulson (entre otros).
Cabe destacar que el personaje de la enfermera Mildred Ratched creado específicamente para esta serie ya cuenta con sus propios derechos de propiedad intelectual independientes a los de la propia serie. Hay mucho recorrido para ella así que nos alegramos por Sarah Paulson porque esta gran actriz que ya despegó hace años tiene un gran talento.
Al cast se unen Finn Wittrock, que también aparece en American Horror Story. Cynthia Nixon, conocida por su papel de Miranda en Sexo en Nueva York. También aparece Jon Briones, que interpreta al padre del asesino Andrew Cunanan en El asesinato de Gianni Versace: American Crime Story. Y cómo no citar a Sophie Okonedo, Judy Davis, Amanda Plummer o Sharon Stone.
Sobre sus aspectos técnicos, tanto la dirección de arte como la fotografía son sensacionales. El color elegido azulado pastel que aparece de forma reiterativa dota a la serie Ratched de Netflix de un aspecto vintage que enamora. Sus planos complejos a veces (maestría absoluta) combinada con una banda sonora propia que se alterna con melodías de películas del cine de Hitchcock y hasta del film El cabo del miedo te ponen los pelos de punta en más de una ocasión. Y no solo nos recuerda al cine del maestro Hitchcock por su música, sino que también hay mucha técnica de cámara inspirada en films de este.
Ambientación y trama de Ratched
Finales de la década de los cuarenta. La Segunda Guerra Mundial ha acabado. Muchas de las enfermeras que han prestado servicios en ella ahora sirven en diversos centros de EEUU. Entre ellas, Mildred Ratched. La serie arranca con nuestra protagonista alojándose en un motel de carretera (otro guiño a Hitchcock) para llevar a cabo su misión. Ratched se presenta en el Hospital de Santa Lucía del norte de California. Su atuendo es impecable. Sus modales también. Parece la enfermera ejemplar. Y como por arte de magia, empieza a formar parte de la plantilla. Pero lo sorprendente es que enseguida resulta imprescindible para el director del psiquiátrico.
Pero Ratched tiene un objetivo diferente al de desarrollar su carrera laboral. Busca al terrible asesino múltiple Edmund Tolleson. A Edmund le hemos visto asesinar sin piedad en el primer capítulo en una secuencia más que terrorífica. Se trata de criminal categorizado como enfermo mental que cumple su condena en Santa Lucía en lugar de en una prisión. Y a partir de aquí, el baile de personajes comienza, creándose alianzas insospechadas, así como relaciones de amor y de odio que van y vienen con cierta sorpresa para el espectador.
Como temas, destaca la cuestión moral de si el asesino nace o se hace (alegando sucesos traumáticos de la infancia y la adolescencia). También se trata la censuradísima homosexualidad en la mujer en aquella época. También se tratan los esperpénticos experimentos llevados a cabo con pacientes psiquiátricos (como la lobotomía transorbital) y la pena de muerte. Y se plantean desde un interesante prisma donde los personajes malos no son tan demoníacos ni los buenos tan angelicales. Empezando, como podréis suponer, por la propia Mildred Ratched.
El exitazo de Ratched
Mildred Ratched es la auténtica protagonista. Es heroína y villana a la vez. Transparente y oscura. Es angelical o perversa. Con un arco de evolución que tiene subidas y bajadas para mostrar esta vulnerabilidad bajo su autoritaria forma de ser y viceversa, Ratched evoluciona al cambiar el objetivo a lo largo de su periplo. Este recurso es realmente interesante a la hora de dibujar al personaje, puesto que es arriesgado pero funciona a las mil maravillas. ¿Qué pasará en la segunda temporada una vez establecido este nuevo objetivo para Ratched que hará que vuelva a evolucionar y cómo? Estoy deseando comprobarlo.
La mezcla entre la humanidad y maldad, de secuencias de persecución policial y escenas abruptas de varios crímenes, la crítica social y el amor (en diversos formatos), amén de la ambición, los secretos y la incapacidad para perdonar ciertas traiciones dotan a la serie Ratched de Netflix de una riqueza en su trama digna de ser aplaudida. Es negra y colorida. Dramática y romántica. Policial y de terror. Grotesca y dulce a la vez. Es… Ratched.
Sin duda, esta serie nos enseña que no todo es como reluce ni que las sombras conducen siempre a las tinieblas. Que la empatía requiere de conocer mejor a las personas que, a priori, podemos odiar. Y que el amor es un ejercicio de liberación del alma que requiere de valor, de seguir tu instinto y de ir a pecho descubierto. Sea un amor de pareja, de amistad o filial. Por amor matamos. Por amor morimos. Pero por amor también vivimos.
Por Tery Logan