Que nos fascinan las pequeñas estrellas de cine con talento, es un hecho. Como también lo son las caídas desde muy alto. Bruscas y sin paracaídas que la mayoría de ellos sufre cuando crece. Son víctimas de su propia imagen y se ven catapultados a la vorágine de intereses ajenos. En otros casos, con suerte, consolidan una gran carrera de adulto.
¿Qué les depara a las pequeñas estrellas de cine?
Por desgracia, este descenso en picado en la edad adulta no es sólo a nivel profesional. Mucho llegan a sufrir serios problemas personales e incluso una muerte precoz. El exceso de expectativas, la frustración, la falta de inocencia, los desórdenes alimenticios, el alcohol y las drogas son los responsables de graves alteraciones psicológicas y sociales. Muchos, como Lindsay Lohan, Robert Downey Jr. o Drew Barrymore, han ingresado en clínicas de desintoxicación y hasta visitado la cárcel por conducta delictiva.
Otros ejemplos
Macaulay Culkin (protagonista de Solo en casa, Solo en casa 2 y Mi chica). Este no ha logrado remontar. Otro ejemplos es Shirley Temple, que confesó vivir un verdadero infierno. ¿El motivo? Sus padres no estaban autorizados a asistir a los rodajes y cuando algo salía mal, el castigo era tremendo. Judy Garland, ganadora de un Oscar y de un Globo de Oro por el Mago de Oz, tuvo de adulta problemas psicológicos y las drogas la sobrepasaron, muriendo a los 47 años por sobredosis.
River Phoenix se hizo famoso por La costa de los mosquitos y por interpretar al joven Indy en Indiana Jones y la última cruzada junto a Harrisond Ford; fue nominado al Oscar y al Globo de Oro como mejor actor de reparto en Stand by me, y murió con 23 años a causa de una sobredosis.
Los que consiguen despegar
No todos logran que su prometedora carrera cinematográfica despliegue sus alas. Está claro. Pero muchos de los grandes de Hollywood cogieron impulso pasando de pequeñas estrellas de cine a gozar de fructíferas carreras. Natalie Portman, que comenzó a los 13 años, ha ganado un Oscar a la mejor actriz en 2010 por Cisne negro. Kirsten Dunst mantiene una brillante carrera que comenzó con tan sólo 7 años.
Christian Bale, interpretó El imperio del sol y fue nominado al Oscar en 2010 como mejor actor de reparto por The Fighter. Jodie Foster, empezó con 12 años con Alicia ya no vive aquí, y ganó el Oscar a la mejor actriz en 1988 por Acusados, Oscar que se repitió en 1991 por El silencio de los corderos. E incluso hay para quienes fue una etapa más, como para quienes interpretaron a las hijas del Doctor Martín en Médico de familia o a los hijos de Lourdes Cano en Farmacia de guardia.
El fenómeno de las pequeñas estrellas de cine
Pero, ¿cómo surge este fenómeno? Las estrellas infantiles surgieron en películas pensadas para toda la familia. Después se fueron implicando en producciones para público adulto, a veces con papeles de gran profundidad y dureza. Fue así como representar la infancia de una forma pura y sin manipulaciones resultó ser lo último que consiguieron. Por ello, es necesario garantizar que hay alguien detrás para protegerles y velar por ellos. Las agendas abrumadoras ya son parte del pasado.
Lo que dice la ley sobre las pequeñas estrellas de cine remuneradas
Está estipulado que menores de entre 16 y 18 años no pueden realizar horas extraordinarias ni trabajos nocturnos. Si bien, aunque no hay normativa específica para los menores de esa franja de edad, se permite su contratación en ciertas actividades.
¿Y estas cuáles son? Son ejemplos el teatro, cine, radiodifusión, televisión, plazas de toros, instalaciones deportivas, circos, salas de fiesta, discoteca y cualquier local destinado a espectáculos públicos. En España no existe una regulación propiamente dicha. Sin embargo, en Nueva York, ya han empezado a tomar cartas en el asunto.
La fragilidad mental hasta que maduramos
Hay una etapa crucial en la vida de una persona que contempla de los 12 a los 18 años. En esa época uno se enfrente consigo mismo. Se enoja, se rebela, descubre sus deseos y trata de averiguar su identidad. Ha de tomar decisiones, pero lo importante es saber desde dónde. Para una pequeña estrella de cine mal asesorada y muy influenciada, es difícil diferenciar entre el deseo propio y el deseo del otro.
¿Por ejemplo? Principalmente padres, pero también tutores y representantes legales. La necesidad de satisfacer al otro, negando la propia voluntad es la peor prisión en que podemos acabar: la mental. Y nuestra mejor meta debe ser alcanzar un estado de tranquilidad mental. ¿Por qué? Porque nos hará no solo más eficientes sino más felices, que es de lo que se trata.
Por Tery Logan