Eres agua clara que limpia mi aniñada mirada
que alborota mis sentidos y enciende mis entrañas.
Agua que me colma de ardientes besos al alba
y enfría el escozor de mis heridas amargas.
Eres agua destilada. Pura. Por eso sanas mi alma.
Gota a gota te impregnas en mi almohada.
Agua pura que calma mi espíritu sediento
y visceral y hercúlea inundas caliente mi sexo.
Soy tu diosa de labios rojos y pelo negro, revuelto,
que te escribe versos a ritmo cóncavo y convexo.
Soy tu fresco valle. Tu fruto maduro. Tu dulce anhelo.
El cauce del río salvaje que te tatúa por dentro.
Por Tery Logan